La frase «tener que» implica una obligación externa, una fuerza coercitiva que nos limita y nos quita la libertad. Su uso frecuente puede generar sentimientos de resentimiento, culpa y frustración.
En cambio, «elegir qué» nos presenta un escenario de empoderamiento y responsabilidad personal. Nos coloca como protagonistas de nuestras acciones, capaces de tomar decisiones conscientes y alineadas con nuestros valores y necesidades.
Nos invita a reemplazar el «tener que» por el «elegir qué» en nuestro lenguaje cotidiano. Este cambio de enfoque no solo transforma nuestra forma de expresarnos, sino que también modifica nuestra perspectiva y actitud ante la vida.
Al elegir qué, nos hacemos responsables de nuestras acciones y decisiones, asumiendo el control de nuestro destino. Dejamos de lado la victimización y nos convertimos en agentes de cambio positivo.
Esta transformación no es sencilla. Requiere un esfuerzo consciente para identificar las situaciones en las que utilizamos «tener que» y reemplazarlo por «elegir qué». También implica un trabajo introspectivo para comprender nuestras necesidades y valores, y alinear nuestras acciones con ellos.
La Comunicación No Violenta nos ofrece una herramienta poderosa para transformar nuestro lenguaje y, en consecuencia, nuestra forma de relacionarnos con el mundo. Al elegir qué, nos abrimos a un mundo de posibilidades, donde la libertad, la responsabilidad y el empoderamiento personal son los pilares fundamentales de una vida plena y satisfactoria.
¿Y tú, tienes qué o eliges qué?