El sector de la construcción sigue liderando los rankings de siniestralidad laboral en España. Aunque se han hecho avances normativos y tecnológicos, los accidentes graves —y mortales— siguen ocurriendo. Y no son casos aislados. Son síntomas de que aún hay mucho por hacer en términos de prevención, cultura de seguridad e innovación.
Los datos hablan claro: una siniestralidad que no da tregua
En 2024 se registraron 81.697 accidentes laborales en el sector de la construcción, convirtiéndolo en el segundo más peligroso del país. Y 2025 no va mejor: comunidades como Andalucía y Madrid encabezan los índices. En Sevilla, por ejemplo, ya se ha declarado una “emergencia estructural”, con más de 25 muertes y 12.200 accidentes registrados solo este año.
Algunos casos recientes que han encendido las alarmas:
- En Madrid, un trabajador falleció el pasado mes de junio por un infarto en plena jornada con 36 °C de temperatura, en una posible consecuencia del estrés térmico.
- En Alcalá de Guadaíra (Sevilla), el colapso del techo de una obra se cobró la vida de dos operarios en julio.
- El derrumbe de una nave en Sevilla capital dejó un muerto y cuatro heridos el pasado junio.
¿Qué está fallando en la construcción?
A pesar de contar con una normativa exigente, los accidentes siguen repitiéndose. ¿Por qué? ¿Cuáles son las principales causas de la siniestralidad en el sector de la construcción?
👉Caídas desde altura
1 de cada 4 accidentes graves o mortales ocurren por caídas desde altura. Protecciones insuficientes, una mala evaluación previa de riesgos laborales y cubiertas frágiles suelen ser los principales motivos.
👉Altas temperaturas
Las altas temperaturas, son cada vez más, una causa de siniestralidad del sector de la construcción. Largas jornadas de trabajo, la falta de hidratación y altas temperaturas suponen una peligrosa combinación.
👉Falta de cultura preventiva
En muchas obras, sobre todo donde hay múltiples subcontratas, la prevención se ve como un trámite más que como una prioridad. La falta de formación, el uso inadecuado de EPIs y la supervisión insuficiente agravan el problema.
¿Qué soluciones están funcionando? Innovación aplicada a la seguridad
La buena noticia: hay tecnologías y metodologías que ya están ayudando a reducir accidentes en este sector.
Aquí algunas de las más eficaces:
- Formación inmersiva con realidad virtual y gamificación que permite simular situaciones reales de riesgo.
- Uso de inteligencia artificial para control de EPIs
- Análisis predictivos que permiten anticipar riegos técnicos o estructurales.
- Cascos inteligentes y wearables que monitorizan en tiempo real la temperatura corporal, la fatiga, el estrés térmico o la cercanía a zonas peligrosas alertando al trabajador o a sus supervisores.
¿Qué pueden hacer las empresas para mejorar?
No basta con cumplir con la ley. La prevención real va mucho más allá:
- Planificar la seguridad desde el inicio del proyecto, involucrando a contratistas y subcontratas.
- Invertir en tecnología y formación de calidad, no solo en cursos básicos.
- Fomentar una cultura de seguridad desde el liderazgo hasta el operario.
- Supervisar y mejorar continuamente todos los procesos de prevención.
¿Qué se gana con una prevención inteligente?
- Reducción de la siniestralidad y del absentismo.
- Equipos más motivados, formados y comprometidos.
- Mejor imagen corporativa y reputación.
- Alineación con la sostenibilidad y la transformación digital del sector.
- Y lo más importante: vidas humanas.
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