El % de empleados con sobrepeso puede ser un indicador del funcionamiento de una empresa.
Ver la obesidad como un aspecto totalmente ajeno al negocio no es la mejor opción a la hora de enfrentarse a un problema que está cada vez más presente en nuestra sociedad.
Con las cifras actuales de sobrepeso y obesidad pocas empresas están «exentas». La epidemia de la obesidad está presente en casi todos los países. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi el 40% de los adultos tienen sobrepeso y el 13% de la población presenta obesidad, siendo éstas unas tasas de más del doble con respecto a las cifras de 1980.
En España las cifras no son mejores. Actualmente se estima que más de la mitad de los trabajadores españoles padecen sobrepeso u obesidad.
El principal problema de muchas empresas es pensar que la obesidad “no debe preocuparnos puesto que es simplemente el resultado de las elecciones que cada empleado hace en su vida personal”. De este modo, a menudo se cree que empresarios, directivos, responsables de RRHH, etc., pueden hacer poco o nada por frenar la obesidad…. pero ¿es realmente así?
El lugar de trabajo: Como punto de partida para concienciar y prevenir la obesidad
En el lugar de trabajo pasamos muchas horas y por tanto todas nuestras actitudes favorecen unos hábitos u otros.
Además, el lugar de trabajo influye en otros aspectos: desde los desplazamientos, patrones de sueño, relaciones con amigos y familia, niveles de estrés en general etc…no importa cómo de equilibrada esté la relación trabajo-vida, el trabajo juega un papel y un impacto determinante en nuestras vidas y por lo tanto en una mayor o menor prevalencia al sobrepeso, tanto que hay quienes sostienen que individuos delgados podrían acabar presentando sobrepeso si el lugar de trabajo y el entorno laboral lo favorece.
Por ello, tanto empleados como empresarios deben estar concienciados a la hora de fomentar un entorno saludable. ¿Cómo? Promoviendo hábitos saludables en la empresa y elaborando planes específicos de vigilancia de la salud.
La obesidad y su impacto en bajas laborales/absentismo laboral:
El sobrepeso, incluso en mínimas cantidades puede conducir a diferentes dolencias físicas a largo plazo. Los ejemplos incluyen:
- Problemas musculoesqueléticos, (dolencias en la espalda, articulaciones y dolores musculares)
- Enfermedades crónicas como la hipertensión arterial, la diabetes, enfermedades del corazón, así como varios tipos de cáncer que se relacionan directamente con la obesidad.
- Problemas psicológicos como la depresión, la ansiedad y una disminución de la sensación de bienestar en general.
Cada una de estas dolencias puede disminuir la productividad y aumentar los costes de salud.
Diferentes estudios han demostrado que la obesidad en empleados supone más días de pérdida de trabajo y menor productividad.
Un estudio midió los costes que supone un empleado promedio en salud en 3.888$ en comparación con un empleado con sobrepeso u obesidad mórbida cuya cifra variaba entre 4.252$ y los 8.087$.
Según esta investigación por cada punto adicional en el IMC por encima de lo que se considera un peso saludable supone un aumento de los costes por empleado de entre 194 a 222$ por año y por empleado.
Ante estas conclusiones qué duda cabe que el fomentar medidas destinadas a mejorar los hábitos alimenticios de los trabajadores, el concienciar sobre la importancia de evitar el sedentarismo y el informar sobre los peligros del sobrepeso para nuestra salud, entre otras medidas, tendrá un claro efecto en los niveles de productividad y supone un compromiso real por parte de las empresas a la hora de velar por la salud de sus empleados.