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Vuelcos, atrapamientos y caídas: el “triángulo crítico” de la siniestralidad.

accidentes en el trabajo

En 2024, España cerró el año con 556.385 accidentes con baja en jornada, 3.906 graves y 677 mortales, según la Estadística de Accidentes de Trabajo del Ministerio de Trabajo.

Cuando miramos los accidentes que pasan una y otra vez vemos tres que se repiten: vuelcos, atrapamientos y caídas. No son nuevos, pero siguen ocurriendo a pesar de que desde la perspectiva de PRL sabemos qué hacer para evitarlos.

1) Vuelcos (vehículos y maquinaria)

Suceden cuando se combinan pendientes mal evaluadas, radios de giro insuficientes, cargas inestables o descargas sobre terreno irregular.

La combinación de ingeniería y cumplir con el procedimiento es la clave para evitar este tipo de accidentes.

Eso significa: cabinas con protección antivuelco/anticaída, cinturones siempre bien abrochados, limitadores de velocidad e inclinómetros con alarma. A esto se le debe sumar una evaluación y preparación previa del trabajo a realizar: evaluación de pendientes, separar pasillos peatonales, respetar radios de giro, descargar solo en superficies niveladas.

Pero por encima de todo, una buena formación y una cultura de «hacer las cosas bien hechas» son los dos elementos clave para evitar este tipo de accidentes.

2) Atrapamientos

Atrapamientos y amputaciones son también una de las principales causas de accidentes laborales. Los últimos datos apuntan a 101 fallecimientos por este motivo.

Desde la prevención de riesgos laborales, estas son las principales medidas que debes tener en cuenta en tu centro de trabajo:

3) Caídas (al mismo y a distinto nivel)

Suelos resbaladizos, iluminación insuficiente, improvisación en altura, anclajes dudosos siguen siendo los factores causantes de los 121.469 accidentes con baja vinculados a caídas y de los  98 fallecimientos en jornada por caída según últimos datos del Ministerio de Trabajo y Economía.

La prevención pasa por una escala de controles como revisar primero protecciones colectivas que eliminen o separen el riesgo, barandillas, rodapiés, redes y líneas de vida fijas y después el EPI que actúa solo como última barrera, cuando lo anterior no es viable.

Todas estas medidas debe ir acompañadas de hábitos básicos en cuanto a mantener un orden y una limpieza, señalización clara de cambios de nivel y gestión rápida de derrames.

Para trabajos en altura se requiere de una preparación previa importante que verifique la seguridad del trabajo antes de llevarlo a cabo (permiso de trabajo en altura) y la colocación de anclajes certificados.

En trabajos en altura, además, debe contarse con un plan de rescate operativo en ≤10 minutos en el que roles, equipos y práctica estén bien definidos y trabajados.

Medir para decidir:

Finalmente, medir para decidir: registrar casi-accidentes y construir mapas de calor del centro orienta la inversión justo donde el riesgo es real y no solo percibido. Esa es la diferencia entre “tener normas” y reducir caídas.

La prevención que funciona pasa por tener en cuenta:

Lo importante: Valorar y conocer el riesgo real

La mejor manera de evitar accidentes es prevenirlos. Por ello, recuerda registrar los casi-accidentes y marca en el plano del centro de trabajo las zonas con más y menos incidentes. Así podrás invertir justo donde el riesgo es real y no donde solo lo parece. Esa es la diferencia entre tener normas y reducir, con una buena prevención, las caídas.

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