Los últimos datos referentes al gasto de bajas laborales arrojan un preocupante resultado. El pasado año el incremento fue de un 14% respecto al año anterior y se prevé que este 2019 dicha cifra continúe la escalada iniciada en el 2013 siendo el aumento acumulado de un 62%.
El repunte del absentismo no es casual. El comportamiento del absentismo es cíclico y en periodos de crecimiento o estabilidad económica es cuando se disparan los porcentajes. A pesar del componente “cíclico” la falta de planificación y de gestión del absentismo han propiciado dicho aumento. Se estima que cerca del 70% de las empresas no tienen implantado un plan de gestión del absentismo.
Esta cifra resulta sorprendente en especial si tenemos en cuenta que el absentismo no es un mal menor para las empresas.
Absentismo laboral ¿Cómo calcularlo?
En cuanto a los costes directos el cálculo debe tener en cuenta el % medio de absentismo, el número de bajas diarias y el coste diario de estas bajas. De este modo para una empresa media con una plantilla de 150 trabajadores y una tasa media de absentismo del 9% los costes directos anuales contemplando un sueldo medio bruto de 21.000€ serían de 39.931€ mensuales y 407.181€ anuales*.
Pero también están los costes indirectos que a menudo son igual o superiores a los directos. En concreto se estima que los costes indirectos son de media 1,8 veces los costes directos el problema es que no se ven….sin embargo, el buscar un sustituto, la formación de nuevos empleados, las horas extras de empleados que cubren a los ausentes, el nivel de calidad y profesionalidad de los sustitutos, el clima laboral y una larga lista de situaciones que se dan a diario en muchas empresas forman parte de estos costes indirectos que afectan no sólo a la cifra de costes sino también a la imagen y competitividad del negocio y a los propios empleados.
¿Qué se puede hacer para evitar o reducir el absentismo?
Se estima que el 30% de las causas del absentismo están relacionadas con factores sobre los que se puede actuar.
El punto de partida es analizar mediante el cruce de diferentes variables las causas que generan el absentismo. Para este diagnóstico se utilizan herramientas como encuestas de salud y entrevistas llevadas a cabo por una tercera parte (consultor especialista) de forma que se facilite la expresión de todos los implicados (gerente, directivos, responsables rrhh, representantes de los trabajadores, empleados,..) garantizando el anonimato y sintetizando toda esta información en datos cuantitativos y cualitativos que servirán para marcar objetivos concretos de mejora. Este diagnóstico debe plantearse y ser compartido por toda la organización con el fin de evitar que el tema del absentismo sea un asunto «tabú».
«son muchos los beneficios que supone tanto para el empresario como para el empleado que exista un plan de gestión del absentismo integrado en la organización y liderado por un servicio externo especialista en esta materia. El problema es que la gestión del absentismo implica una serie de connotaciones negativas que hay que desterrar. Un correcto plan de gestión del absentismo debe velar por la salud de los trabajadores y consecuentemente no solo la empresa se beneficia de ello sino también el propio empleado con la agilización de pruebas médicas, acceso a una segunda opinión médica, mayor rapidez en la entrega de resultados, acceso a programas de prevención etc…Cuando se consigue implementar un plan de gestión del absentismo muchos empleados acaban percibiéndolo a medio plazo como algo positivo dado que redunda en beneficio de su salud».
Reducción de costes, mejora de la productividad, mejora de la competitividad y empresas más saludables.
Un plan de gestión integral del absentismo tiene una incidencia directa en la cifra de costes de las empresas y en la competitividad de las mismas. Estas mejoras se consiguen a través de pequeñas medidas que a menudo pasan desapercibidos por ejemplo tener una previsión de las suplencias es algo que en empresas con gran volumen de trabajadores se convierte en una ayuda extraordinaria para los departamentos de RRHH que pueden prever así las necesidades en materia de recursos humanos de forma que las bajas no afecten a la dinámica laboral de la empresa.
La gestión del absentismo es un tema en el que intervienen múltiples variables y por tanto el problema del absentismo (tanto el justificado como el fraudulento) debe abordarse desde una perspectiva global que apueste por el bienestar laboral incorporando la gestión del absentismo a la actividad cotidiana del negocio y no tratándolo como un tema puntual.
Si contamos con una plantilla saludable y motivada, el absentismo se reduce drásticamente y los resultados justifican los esfuerzos dedicados a gestionarlo ya que sin duda el mayor coste del absentismo es el no hacer nada por intentar reducirlo.
(1) Ejemplo de cálculo de costes generados por el absentismo.
PLANTILLA: 150 – SUELDO MEDIO 21.000€
PROMEDIIO ABSENTISMO: 9% – NÚMERO DE BAJAS DIARIAS 14 – COSTE AUSENCIA DIARIA 80,79€/DÍA – COSTE DIARO DE LAS BAJAS: 1.131€
– COSTE MENSUAL BAJAS: 33.931€ – COSTE ANUAL BAJAS: 407.181€.