18/11/2022
¿Por qué en Geseme insistimos en la importancia de controlar los signos de una cultura tóxica en la empresa?
Una cultura tóxica es el principal obstáculo para la retención de talento. En toda organización como ente vivo que es siempre surgirán problemas de diversa índole. Pero cuando hablamos de cultura tóxica no nos referimos a “pequeños conflictos o molestias” sino a causas que realmente tienen un efecto significativo sobre los empleados. Por ello, desde Geseme insistimos en la importancia de prevenir y detectar qué aspectos son los que llevan a una empresa a tener una cultura tóxica.
¿Cuáles son los principales elementos que promueven una cultura tóxica en la empresa?
- Discriminación de cualquier índole: Una cultura no inclusiva (ya sea por género, raza, identidad, discapacidad, edad u orientación sexual) es uno de los principales detonantes de una cultura tóxica. Sin respeto, un respeto que forme parte de la propia cultura de la empresa es poco probable que exista un buen clima laboral.
- Entornos no colaborativos: Fomentar la competencia entre empleados y trabajar en un entorno poco colaborativo en el que el empleado no se sienta parte de un todo es otra de las señales de una cultura tóxica.
- Comunicación agresiva: El estilo de comunicación es clave para luchar contra una cultura de empresa tóxica. De nuevo la falta de respeto, las amenazas, un tono hostil, una comunicación agresiva, son síntomas de un estilo de comunicación que llevará a relaciones sociales negativas.
- Comportamiento poco ético: Cuando la organización no cumple determinadas normas, permite comportamientos poco éticos y no se muestra transparente ante determinados aspectos que afectan al desempeño de los empleados sin duda se asientan las bases de un lugar de trabajo tóxico.
¿Cuáles son las principales consecuencias de una cultura tóxica en la empresa?
La cultura tóxica en la empresa tiene un impacto importante, muchas veces irreparable, afectando directamente a la imagen de la empresa, a su rendimiento laboral y a su competitividad.
Algunos estudios realizados en EEUU estiman que el coste de reemplazar a un empleado que marcha como consecuencia de una cultura tóxica puede variar de la mitad a dos veces el salario anual del empleado.
Se ha demostrado que los empleados que trabajan en ambientes tóxicos tienen niveles más altos de estrés, agotamiento, problemas de salud mental y otros factores estresantes que pueden conducir a una mala salud física. Todo esto repercute en los niveles de productividad y en la capacidad de la empresa tanto para atraer como para retener talento y por supuesto en absentismo y los costes directos e indirectos derivados de una alta tasa de absentismo laboral.
En Geseme, trabajamos para acompañar a las empresas a prevenir aquellos elementos que puedan dañar la cultura de la organización. Siempre desde un enfoque integrador y con la mirada puesta en la mejora de la salud organizacional y como consecuencia de ello, en la salud laboral.
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