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Salud cerebral y productividad: ¿Cómo están relacionadas?

¿Qué se entiende por salud cerebral?

La salud cerebral se refiere al estado general de bienestar y funcionamiento óptimo del cerebro. Para cuidar de nuestra salud cerebral es importante tener en cuenta todos aquellos aspectos que se incluyen bajo el concepto de salud cerebral esto es: la función cerebral, la cognición, la salud mental y la protección contra enfermedades neurológicas.

Mantener una buena salud cerebral es esencial para una vida plena y de calidad y también para ser productivos en nuestro trabajo.

A pesar de su vital importancia, la salud cerebral – al menos desde un enfoque amplio – es la gran olvidada, en especial si tenemos en cuenta que se estima que el 50% de las personas experimentarán una afección de salud cerebral a lo largo de su vida.

Las afecciones de salud cerebral pueden ser desde alteraciones leves y breves del estado de ánimo que se resuelven por sí solas hasta afecciones de salud crónicas graves. Las afecciones de salud cerebral más comunes son los dolores de cabeza de tipo tensional, migrañas, trastornos de ansiedad y trastornos depresivos.

¿Cuál es la relación entre salud cerebral y productividad?

Un cerebro saludable es vital para un rendimiento óptimo, por tanto cuando nuestra salud cerebral no es óptima, pueden darse los siguientes problemas:

👉 Deterioro en la función cognitiva: Cuando la salud cerebral no es óptima la toma de decisiones, la resolución de problemas, la retención de información y la capacidad de adquirir nuevos conocimientos se ven afectadas, de ahí sus graves consecuencias en el ámbito laboral.

👉 Concentración: Un cerebro saludable puede concentrarse durante un periodo más prolongado y pasar de una tarea a otra sin problemas de distracción. Si tenemos en cuenta cómo de importante es la concentración en el trabajo, podemos valorar fácilmente la pérdida de productividad que se da cuando existe un problema de falta de concentración.

👉 Memoria: La retención de información se ve fácilmente alterada cuando la salud del cerebro no es óptima.

👉 Creatividad: Cuando el cerebro está sano es más sencillo que se nos ocurran nuevas ideas y soluciones creativas ante diferentes problemas. Creatividad y productividad van ligados de la mano.

👉 Estrés: La gestión del estrés es clave para que podamos mantener un buen estado de salud. Sin embargo, ¿cómo se gestiona el estrés cuando nuestra salud cerebral no es óptima? Un cerebro sano contribuirá a gestionar mejor las situaciones estresantes y viceversa.

👉 Salud mental: Si cuidamos nuestra salud mental estamos cuidando en parte de nuestra salud cerebral. Depresión, estrés, ansiedad y otros problemas de salud mental afectan claramente a nuestra salud cerebral. Los problemas de salud mental se relacionan directamente con una disminución del rendimiento.

👉 Hábitos de vida: Los hábitos de alimentación y de estilo de vida tienen un impacto directo en nuestra salud cerebral. Una dieta equilibrada, realizar actividad física, hábitos saludables y descansar bien son elementos clave para que nuestro cerebro funcione bien.

Prevención y cuidado de la salud cerebral.

Viendo cómo de importante es cuidar de nuestra salud cerebral, ¿qué podemos hacer para prevenir y cuidar de nuestra salud mental dentro y fuera del entorno laboral?

👉 Concienciar al personal empleado sobre la importancia de llevar una alimentación saludable y evitar el sobrepeso. El exceso de peso se asocia a una serie de afecciones (diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas, etc..) que pueden afectar la salud cerebral.

👉 Formar en conocimientos alimenticios. De este modo es más sencillo que el personal empleado pueda conocer los nutrientes que son necesarios para cuidar la salud cerebral.

👉 Concienciar y promover la práctica de ejercicio físico. Al hacer ejercicio se estimula la liberación de sustancias químicas cerebrales que favorecen la salud cerebral.

👉 Formación para el estrés: Aprender a gestionar el estrés es una de las mejores formas de cuidar de nuestra salud cerebral.

👉 Programas para reducir el consumo de tabaco y alcohol. Tabaco y alcohol son dos factores de riesgo importantes a la hora de tener problemas de salud cerebral.

👉 Favorecer las relaciones sociales en el entorno laboral. El aislamiento afecta negativamente a la salud cerebral.

👉 Equipos de protección: La utilización de casco puede evitar el sufrir lesiones en la cabeza.

👉 Concienciar sobre la importancia de unos hábitos de sueño saludables.

👉 Programas específicos de mejora de salud cerebral: Psicoterapia, tratamientos preventivos o conductuales y apoyo social son algunas de las intervenciones que pueden facilitarse o implementarse desde la organización.

Como vemos muchas de los enfoques preventivos en materia de salud cerebral tienen que ver con un estilo de vida saludable. Adoptar hábitos de vida saludable y evitar el estrés son dos pilares en la prevención de afecciones neurológicas que puedan afectar a nuestra salud cerebral.

 

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La implementación del Plan de Empresa Saludable, clave para la empresa

La Ley de PRL y sus ya 28 años de recorrido han servido para que empresarios y trabajadores logren el objetivo de mejorar la salud y calidad de vida en el lugar de trabajo y evitar accidentes laborales.  Sin embargo, si bien hace unos años la mayoría de los accidentes de trabajo tenían que ver con la seguridad, actualmente la enfermedad cardiovascular causa cerca del 40% de los accidentes laborales mortales.

Este hecho ha llevado a cambiar el concepto de Empresa Segura a Empresa Saludable.

¿Cómo sabemos si una empresa es saludable o no? 

Según la OMS, una Empresa Saludable es aquella en la que el personal trabajador y la dirección colaboran en la aplicación de un proceso de mejora continua para proteger y promover la salud.

Para saber cómo de saludable es una organización, el punto de partida es analizar determinados aspectos comunes en todas las empresas.

Algunos de los puntos a analizar tienen que ver con:

👉 Hábitos de actividad física

👉 Hábitos alimenticios

👉 Niveles de estrés

👉 Datos de satisfacción ergonómicos y lesiones

👉 Medidas medioambientales

👉 Hábitos biomecánicos y terapéuticos

El siguiente paso es observar aquellos factores que intervienen en la creación de ambientes de trabajo saludables y sus riesgos analizando el Big Data de la empresa con respecto a la salud de los trabajadores examinando datos de epidemiología obtenida por vigilancia de la salud, siniestralidad laboral, absentismo laboral por enfermedad común e incapacidades permanentes.

Con estos datos y el trabajo de nuestros especialistas en medicina laboral se obtiene un detallado informe que determina el grado de salud de una empresa. En base a este informe se proponen planes de acción específicos definiendo objetivos concretos para cada área de mejora.

¿Cuáles son los beneficios para aquellas organizaciones que apuestan por implementar Planes de Empresa Saludable?

👉 Productividad

👉 Clima laboral

👉 Condiciones de trabajo

👉 Tasas de absentismo laboral

👉 Tasas de rotación de personal

👉 Grado de compromiso de los empleados

👉 Captación y retención de talento

¿Cómo se obtiene la certificación de empresa saludable?

Puedes obtenerla cuando se demuestra en base a criterios internacionalmente reconocidos.

Debes contar con un sistema de gestión que proteja la salud, el bienestar y la seguridad de todas las personas que conforman la plantilla.

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productividad laboral

¿Por qué trabajar menos nos hace más productivos y contribuye a una mejor salud de los empleados?

Para muchas empresas y trabajadores independientes, entender cómo promover una mejor productividad en sus compañías es de suma importancia. Contrario a lo que se piensa, la productividad de los empleados no está relacionada con las horas que tiene una jornada laboral. De hecho, de acuerdo con la OCDE trabajar más horas reduce la producción laboral.

Sin duda, entender cómo funciona la productividad puede guiar a las empresas a un mejor rendimiento.

Diferentes estudios* han demostrado que trabajar más horas no aumenta la productividad y producción general. Sin embargo, hacer un recorte significativo en las jornadas laborales tampoco tiene un impacto positivo.

De acuerdo con la opinión de expertos, la duración de una jornada laboral no es tan importante para la productividad; sin embargo, el aprender a organizar las actividades diarias sí lo es. Dentro de esta estructuración, los trabajadores deben identificar intervalos estratégicos para descansar. Una buena organización debe incluir:

  • Las funciones y objetivos del día.
  • El período de tiempo que se necesita para terminar estas actividades.
  • Algunos breves períodos de descanso.

Por el contrario trabajar durante un largo período de tiempo puede llevar a la fatiga mental, lo que a su vez aumenta el riesgo de cometer errores y por supuesto repercute en la salud del empleado. Por estas razones, es conveniente que los trabajadores procuren organizar su día. Además de saber exactamente cuáles son los objetivos diarios que se tienen que cumplir, este tipo de organización permite que las personas no se sobrecarguen y que despejen su mente en cada descanso.

Tomar este tipo de medidas no sólo permitiría que las compañías aumenten su producción y productividad, sino que también reduciría los niveles de depresión y estrés que los trabajadores pueden experimentar al verse sometidos a este tipo de cargas laborales y consecuentemente mejorar la salud de los empleados.

 

* Según estudio THE PRODUCTIVITY OF WORKING HOURS* John Pencavel-Universidad Stanford

 

 

 

 

 

 

 

estado-de-animo-productividad

Estado de ánimo y productividad ¿Cómo están relacionados?

Ser productivo significa utilizar todos nuestros recursos (principalmente el recurso del  tiempo) para producir los mejores resultados con nuestro trabajo.

La relación entre estado de ánimo y productividad es evidente. El buen humor, el sentirse bien, nos hace estar más entusiasmados y más focalizados en lo que sea que hagamos. Por contra, el estar de mal humor, estresado o deprimido impiden alcanzar niveles óptimos de productividad. Cuando anímicamente no estamos bien, la ansiedad y la depresión conducen a la apatía y a la desmotivación en el trabajo.

Cuando este estado de infelicidad se «normaliza», es decir cuando no se trata de  una situación temporal de mal humor, sino de algo continuado en el tiempo,  el problema afecta profundamente en niveles subconscientes que hacen que, a pesar de los intentos que desde la empresa se puedan hacer para motivar y mantener la productividad,  el estado mental negativo tenga un poderoso efecto en todo lo que se hace.

Cuando el estado de ánimo es bajo, la procastinación se convierte en habitual: el posponer el trabajo durante horas, días e incluso semanas, es la principal consecuencia y característica de quienes pasan por un periodo anímicamente negativo.

La mayoría de trabajadores que pasan por una situación así saben que están postergando continuamente sus tareas y que su nivel de productividad es bajo.  Otros no son tan conscientes de ello; simplemente se vuelven depresivos y menos productivos durante un largo período de tiempo.

En ambos casos, si no obtienen una ayuda que les haga salir de esa situación, la depresión, desmotivación y falta de productividad será cada vez mayor. Ese es el motivo por el que grandes empresas invierten grandes cantidades de dinero en hacer felices a los empleados.

Las opciones y las herramientas para favorecer estados anímicos positivos son muchas y muy variadas:

.-Contar con un servicio de vigilancia de la salud que sepa detectar estas situaciones y ofrecer sesiones con terapeuta para reconducir las variaciones en el estado de ánimo.

.-Dotar al personal de la organización de «herramientas» que ayuden a conciliar vida personal y profesional  (horarios intensivos, teletrabajo, servicio de guardería, etc.)

.-Facilitar el acceso a la formación para mantener alto el nivel de motivación por aprender más y progresar.

.-Concienciar y facilitar en la medida de lo posible la práctica de hábitos alimenticios y de estilo de vida saludable

.-Implementar en el lugar de trabajo todos aquellos aspectos que se sabe, tienen un efecto directo sobre nuestro estado de ánimo:  diseño biofílico, iluminación, etc.

Pero además de todo lo anterior hay un aspecto clave: Formar a los empleados para que ellos mismos sepan cómo detectar situaciones de baja productividad proporcionándoles las herramientas necesarias para saber gestionarlo.

El punto de partida es encontrar la conexión entre los cambios de humor y el rendimiento cognitivo. ¿Estás postergando o funcionando mal en el trabajo? ¿Por qué? Ayudar al empleado a encontrar el motivo es el primer paso para abordar la razón que conduce a tal resultado.

Además, es importante fijar objetivos de productividad claros y formar a los empleados en metodologías de autogestión que les ayuden a ser más productivos. Dentro de este concepto entran en juego muchos factores que tienen que ver directamente con la salud: cambiar hábitos alimenticios, de estilo de vida, saber manejar mejor el estrés, fomentar la práctica de deporte y de técnicas de relajación que ayuden a saber enfrentarse mejor a problemas de ansiedad, depresión etc.

En definitiva, todos podemos tener días mejores y peores, pero los cambios de humor extremos y frecuentes, la apatía, la depresión… afectan directamente a la salud del empleado, a su productividad, a su rol en la empresa y a su propia cosmovisión en general por lo que prestar atención al estado de ánimo de los empleados es un elemento clave para aquellas organizaciones que buscan ser saludables desde diferentes perspectivas.