22/06/2022
Jornadas laborales reducidas y riesgos psicosociales
El Estatuto de los trabajadores reconoce diferentes motivos por los que el trabajador puede solicitar una reducción de jornada.
Los 8 principales son:
- Lactancia
- Cuidado de hijos menores de 12 años
- Cuidado de personas con discapacidad
- Cuidado de un familiar directo
- Cuidado de hijos menores de 18 en tratamiento médico
- Estudios
- Enfermedad grave
- Por acuerdo entre las partes.
La jornada reducida puede ser una excelente opción para mejorar la conciliación entre la vida personal y la laboral.
En nuestro blog, hemos hablado en varias ocasiones sobre las ventajas que supone la flexibilidad de horarios laborales:
- Reducción de estrés
- Mayor productividad
- Mayor motivación
- Retención de talento
- Mejor conciliación
Sin embargo, si la jornada reducida no se plantea de forma correcta, ésta puede convertirse en un auténtico problema tanto para la empresa como para el empleado.
Hace unos días, diferentes medios de comunicación se hicieron eco de esta noticia: Un tribunal gallego condenaba a CCOO por sobrecargar a una abogada con jornada laboral reducida. Y es que para que la jornada laboral reducida sea beneficiosa para ambas partes (empresa y empleado) la planificación y organización del trabajo es clave. De lo contrario, la jornada reducida se convierte en algo así como hacer el trabajo de ocho horas en menos. Buena parte del trabajo no cabe en la jornada reducida y el trabajador acaba exponiéndose a diferentes riesgos psicosociales derivados de una excesiva carga de trabajo.
Principales riesgos psicosociales jornadas reducidas:
Los principales riesgos psicosociales a los que puede enfrentarse un trabajador con jornada reducida son:
- En ocasiones puede sentirse como marginado o tener la sensación de perderse situaciones que acontecen en su entorno.
- A menudo el empleado renuncia a parte de su tiempo de descanso o bien opte por sacrificar hábitos saludables (práctica de deporte, alimentación etc..) con el fin de llegar a todo cuando existe una sobrecarga de trabajo.
Para evitar estos riesgos, las empresas deben adaptar el trabajo a la reducción de horas de trabajo o la reducción de la complejidad de las tareas a realizar.