Viajar por trabajo no es lo mismo que viajar por placer.
Seguro que si viajas de forma frecuente, lo sabes. Estrés, insomnio, hábitos alimenticios poco saludables y sedentarismo son algunos de los efectos secundarios del viajar frecuentemente por trabajo.
El estudio «Business Travel and Self-rated Health, Obesity, and CardiovascularDisease Risk Factors», publicado en la revista Journal of Occupational and Environmental Medicine, cuanto más tiempo viaja un empleado mayor es su prevalencia al sobrepeso y a la obesidad.
La investigación llevada a cabo, cuyo objetivo era encontrar el vínculo entre viajes de trabajo y obesidad, concluye que los empleados que viajan por motivos de trabajo durante dos semanas o más cada mes tienen mayor índice de masa corporal (IMC), sufren más obesidad y tienen peor salud que quienes no necesitan viajar por motivos profesionales.
También se indica que quienes pasaban 20 días al mes viajando presentaban una tensión arterial y unos índices de colesterol malo más elevados que la media de la población.
Este estudio confirma lo que otras muchas investigaciones también han demostrado en relación a cómo se ve puede ver afectada la salud de quienes viajan frecuentemente por trabajo.
Otro estudio realizado entre trabajadores del Banco Mundial asegura que el personal viajero pedía más bajas que sus compañeros para dolencias leves pero también para enfermedades crónicas como el asma y los trastornos de la espalda. No obstante, las solicitudes más recurrentes eran aquellas relacionadas con trastornos por estrés.
Viajes de trabajo y malos hábitos:
Y es que los viajes de trabajo a menudo dificultan el poder llevar unos hábitos alimenticios saludables. Picar entre horas, comer alimentos precocinados altamente grasos, alimentarse a base de snacks, no llevar unos horarios o pautas regulares que respeten el principio básico de una alimentación saludable que es realizar cinco comidas al día, el alcohol, etc.. son algunos de los elementos que influyen en estos malos hábitos. Además, muchas de las personas que viajan por trabajo lo hacen desplazándose en coche lo que supone pasar muchas horas sentado y como bien sabemos el sedentarismo junto con los hábitos alimenticios son la principal causa para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
Si a la tendencia al sobrepeso y al sedentarismo sumamos el que muchas de estas personas además sufren una importante carga de trabajo y por tanto son dados a padecer estrés laboral, la combinación de factores de riesgo es máxima de cara a desarrollar enfermedades cardiovasculares.
A pesar de que los viajes de negocio no siempre facilitan el llevar unos hábitos alimenticios saludables, teniendo en cuenta algunas medidas muy simples se pueden prevenir muchas de las consecuencias para la salud, como por ejemplo
- Teniendo un buen conocimiento nutricional: Conocer en todo momento las opciones más saludables a la hora de elegir qué comer.
- Intentando practicar actividad física antes o después de la jornada laboral. El running o el caminar a paso ligero se convierte en una opción ideal dado que puede practicarse en cualquier lugar.
- Evitando el tabaco, alcohol y la cafeína.
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